Mi propósito en la vida no incluye el anhelo de encandilar a la sociedad
¡Prensa omnipotente, señora del mundo, tú que dispones de la paz y de la guerra; tú que posees, como Dios, el don de cegar a los pueblos a quienes quieres perder, continúa impertérrita tu marcha!
Un gobierno nuevo tiene que deslumbrar y sorprender; cuando deja de brillar, cae.
Quiero decirles la verdad de una humilde mujer del pueblo ¡La primera mujer del pueblo que no se dejó deslumbrar por el poder ni por la gloria!