Hay tontos que fingen ser sabios y sabios que fingen ser tontos, pero tú eres el primer caso que he conocido de un tonto que finge ser un tonto.
En caso que por razón del nacimiento contraigamos alguna obligación a la patria particular o suelo que nos sirvió de cuna, esta deuda es inferior a otras cualesquiera obligaciones cristianas o políticas.
No condenemos al naufragio lo vivido por nuestro ayer, por nuestro amor yo te lo pido, espera, aún me quedan en mis manos primaveras para colmarte de caricias todas nuevas, que morirían en mis manos si te fueras
Imagínate tú que hace siglos que has muerto. No te preguntan las cosas, si pasas, quién eres. Procura un instante pensar que tus brazos no pesan. Son nada más que dos cañas, dos gotas de lluvia, dos humos calientes.