Bajo el manto de un lenguaje depurado de manera que el sexo ya no pueda ser nombrado directamente, ese mismo sexo es tomado a su cargo (y acosado) por un discurso que pretende no dejarle ni oscuridad ni respiro.
Se me ha nombrado presidente de la Unión Cívica, y podéis estar seguros que no he de omitir ni fatigas, ni esfuerzos, ni sacrificios, ni responsabilidades de ningún género para responder a la patriótica misión que se me ha confiado.
El cielo me ha designado para gobernar a todas las naciones, porque hasta ahora no ha habido orden sobre las estepas
Ved, pues, cómo estos hombres divinos, este pueblo elegido, es designado mediante unas bestias tan pobres y tan bajas; ¡y luego se burlan de nosotros, que somos presentados bajo la forma de otras bestias más fuertes, dignas e imperiosas!