El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas...Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar las barreras sociales.
Yo creía que ahora estaba en la plenitud de mis posibilidades y capacidades, así que cuando llegase mi hora final sería como derribar un árbol, como dejar una cosecha entera de manzanas por recoger. Eso es triste. Y sin embargo debería aceptarse. Porque si la vida ha sido tan rica, seguir aferrado a ella sería de ambiciosos y desgraciados.