La plegaria es la primera y la última lección para aprender el noble y bravío arte de sacrificar el ser en los variados senderos de la vida.
Ha sido la rebeldía indomable de miles y miles de salvadoreños, en su mayoría jóvenes y también niños como los de Chapultepec la que ha conducido a que la Nación pacte este nuevo consenso que asegura a todos sus hijos, iguales derechos de participación en la conducción del país.
Si nuestro país fuera derrotado, desearía que encontráramos un campeón tan indomable como el señor Hitler para restaurar nuestro coraje y conducirnos otra vez al lugar que nos corresponde entre las naciones
¿Saben?, hace poco me enteré de que la palabra hereje viene de la palabra griega heréticos, que significa poder elegir, que casi lo dice todo, ¿no les parece?
Mucho erré en no matar a Lutero, y si bien lo dejé por no quebrantar el salvoconducto y palabra que le tenía dada, pensando de remediar por otra vía aquella herejía, erré, porque yo no era obligado a guardarle la palabra, por ser la culpa de hereje contra otro mayor Señor, que era Dios, y así yo no le había ni debía guardar palabra, sino vengar la injuria hecha a Dios.
Lo malo de la inmortalidad es que hay que morir para alcanzarla
Lo único que puedo asegurar es que en ninguna ocasión, ni siquiera en los más críticos bretes, he visto, conforme suele contarse, pasar ante mí mi vida entera como si fuera una película, lo que siempre es un alivio, porque bastante malo es de por sí morirse para encima morirse viendo cine español.