Lo que sí tiene trascendencia, y es esencial y específicamente humano, es el ámbito de lo afectivo. Pero el sexo no. Lo malo es que, en algún momento aciago de la humanidad, se cometió el trágico error de adjudicar a lo sexual un significado moral.
Para que pueda trabarse una verdadera amistad, es preciso prescindir de la superioridad que puedan otorgar la edad, los honores, las riquezas o el poder. El único motivo que nos debe incitar a la amistad es la búsqueda de las virtudes y el mutuo perfeccionamiento.
En el marco social, sin embargo, el éxito de la humana actividad depende de un cúmulo de realidades concretas mucho mayor de las que ser humano alguno puede conocer. Toda nuestra civilización se basa necesariamente, en consecuencia, en la posibilidad de que el hombre pueda otorgar fiabilidad a muchas realidades que en el sentido cartesiano no cabe plenamente conocer.
En las relaciones personales, o en el trabajo, desde el momento en que uno sabe cuáles son sus valores puede conceder prioridad a la manifestación de lo que le importa más, concentrando sus energías en conseguirlo.
Por los méritos de la Santa Madre la Iglesia, en que yo mi esperanza tengo (y cuyos miembros vivos sois vosotros), confío en Cristo Nuestro Señor que me ha de oír y conceder esta gracia: que use este inútil instrumento mío, para plantar la Iglesia
El diálogo es, sin duda, el instrumento válido para todo acuerdo pero en él hay una regla de oro que no se puede conculcar: no se debe pedir ni se puede ofrecer lo que no se puede entregar porque, en esa entrega, se juega la propia existencia de los interlocutores.
No es de prudentes el ser cristianos y el seguir a Cristo. No es prudente vender lo que se tiene y darlo a los pobres. Es imprudente entregar la vida por Dios y por los hermanos.
Tengan la certeza de que todos y cada uno de los que tenemos responsabilidades institucionales levantaremos no solamente nuestra voz sino nuestra acción concreta ante cualquier signo de antisemitismo. No estamos dispuestos a regalar lo que es una tradición histórica de América Latina
Si no sabes qué regalar a tus seres más queridos en Navidad, regáleles tu amor
¿Racionalizar la fe?. Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de legar a la libertad en Cristo.
Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción.
Nadie, en efecto, podrá jamás transferir a otro su poder ni, por tanto, su derecho, hasta el punto de dejar de ser hombre;...
Para que la gente contribuya a la sociedad, tienen que entender como funciona. Así que hasta que estén lo suficientemente educados para entender los procesos técnicos, no pueden contribuir a la sociedad porque no tienen la base para hacerlo en este sistema
Pero la crítica seria sólo puede, en definitiva, fortalecer al socialismo y contribuir a su desarrollo.