El buen juez no ha de torcer las leyes a su condición, sino torcer su condición conforme a las leyes.
Si en el aire se respira la pregunta ¿qué va a hacer?, cuántos sacan un disco y terminan por desaparecer, el placer es mío sonrío porque vine a vencer, lo seguro es que tengo un brazo muy duro que torcer
Bendito el corazón que se puede doblar porque nunca se romperá
Si la libertad política y la libertad económica han sido hermanas en la historia de la libertad, es el incestuoso apareamiento de la riqueza y el poder lo que supone la amenaza más grave para nuestra democracia. Si la riqueza puede intercambiarse fácilmente por poder, la concentración de cualquiera de las dos puede doblar el potencial de corrupción de ambas.
Primero los conquistadores, en seguida sus descendientes, formaron en los países de América un elemento étnico bastante poderoso para subyugar y explotar a los indígenas.
Es abuso, cualquier comportamiento encaminado a controlar y subyugar a otro ser humano mediante el recurso al miedo y la humillación, y valiéndose de ataques físicos o verbales
La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.
El que desee convertirse en conductor de hombres, debe resignarse a pasar largo tiempo por su peor enemigo.
Su mente ofrecía la curiosa combinación de humillarse en la región del misterio y de ser muy activa, fría y razonable en la del conocimiento.
Fui líder de los actores diez años, pero me di cuenta que no sirvo para la política. Los políticos son capaces de humillarse con tal de mantener su posición. Por eso son tan malvados.
Todo el que aspira a avasallar a sus semejantes, se ve obligado a ser impostor y sanguinario.
El comunista debe ser sincero y franco, leal y activo, poner los intereses de la revolución por encima de su propia vida y subordinar su intereses personales a los de la revolución.
El socialismo y el intervencionismo. Ambos tienen en común el objetivo de subordinar incondicionalmente el individuo al Estado.
El hombre sublime no tiene más necesidad de Dios para sojuzgar al hombre. Ha reemplazado a Dios por el humanismo; el ideal ascético por el ideal moral y el conocimiento. El hombre se inviste de sí mismo en nombre de valores heroicos, en nombre de valores del hombre.
Un exacerbado individualismo es el caldo de cultivo en el que el sentimiento de poder es engendrado y alimentado; por este motivo, es egocéntrico, en el sentido de que se afirma a sí mismo de forma arrogante y a menudo violenta cuando poniéndose en acción trata de sojuzgar a los otros.