El placer y la alegría del hombre radica en aplastar al rebelde y conquistar al enemigo, en arrancarlo de raíz, y tomar de él todo lo que tiene
El reguero de pueblos que ha presenciado nuestros esfuerzos contestará con voces de clarín anatematizando a la legión de traidores científicos que aun en las pavorosas sombras de su derrota, forjan nuevas cadenas para el pueblo o intentan aplastar la reivindicación de esclavos, de parias, de autómatas y de lacayos