Torear es desengañar al toro, no engañarlo. Burlarlo, que no es burlarse de él
En la infancia de una nueva religión, los sabios e instruidos generalmente consideran que el asunto es demasiado poco importante para merecer su atención o mirada. Y cuando, después, de buena gana descubrirían la trampa para desengañar a la multitud engañada, el momento ha pasado y los documentos y testigos que podrían aclarar el asunto han desaparecido irremediablemente.
Y esto no es todo, amiga mía: nuestra alma, nuestro espíritu y nuestro cuerpo tienen exigencias generalmente contradictorias; creo difícil unir satisfacciones tan diversas sin envilecer a unas y sin desanimar otras, así que he disociado el amor.
Siempre pensaba que habría alguna persona en la grada que era la primera vez que me veía jugar en directo y simplemente no quería defraudar a esa persona ni a mis fans ni a mi equipo
Aprendí a estar siempre agradecido a la gente; hoy lo estoy a quienes pierden conmigo su tiempo y su dinero...Se lo debo todo; a mí me produce pavor la sensación de defraudar a quienes confían en mi obra.