Muchas veces escuchó decir que con los años llega la sabiduría y él esperó, confiando en que tal sabiduría le entregara lo que más deseaba: ser capaz de guiar el rumbo de los recuerdos y no caer en las trampas que éstos tendían a menudo.
Si por dos mangos vos vivís bajándote los pantalones, en algún momento te van a atropellar, porque cuando quieras dar dos pasos, te vas a caer de jeta.