El peligro radica en que nuestro poder para dañar el ambiente, o al prójimo aumenta a mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso de ese poder.
La justicia es una noble cualidad, y la injusticia una iniquidad. Es un deber de cada uno ser compasivo y no dañar a nadie, y evitar la envidia y la malicia a toda costa. La sabiduría es la gloria del ser humano, no la ignorancia. ¡Luz, no oscuridad!