La cortesía puede ser más pesada que la insolencia cuando el representante de una empresa no se permite siquiera un pequeño gesto de espontaneidad.
Las reglas elementales de la cortesía son muy simples: alabar lo bueno de los otros, suprimir los reproches, dar importancia a los demás, y prestarles atención.
La crianza y el buen comedimiento más honra al que la hace que no al que se le hace.
Se puede hacer mucho con la diplomacia, pero desde luego se puede hacer mucho más si la diplomacia está respaldada por la imparcialidad y la fuerza.
La diplomacia soviética es una diplomacia proletaria, una diplomacia bolchevique; que aprovecha todas las contradicciones de los países imperialistas para ahondar sus disidencias y fortalecer el movimiento revolucionario internacional.