La inversión es una transacción pecuniaria, y su objetivo es la ganancia pecuniaria, ganancia en términos de valor y propiedad.
Si el amor no sabe cómo dar y recibir sin restricciones, no es amor, sino una transacción que nunca deja de insistir en más o menos.
La tarea central de nuestra construcción económica es desarrollar la producción agrícola e industrial, el comercio con las regiones exteriores y las cooperativas.
La política, bien entendida, se parece más al comercio que a la guerra. Tiene más de competencia que de confrontación. Necesita la concertación de voluntades. A mediano plazo, el juego limpio resulta más redituable que el golpeteo. La solidaridad vale más que la competitividad