El liderazgo está directamente relacionado con la derrota. Porque es ahí cuando se verifica la consistencia del conductor. Una de las claves que tiene que tener un líder, es que necesita ser querido para ganar, y no ganar para ser querido.
La verdad está en la consistencia, dice Poe (Ettreha). Por tanto, el que no tolera la consistencia se cierra a toda ética de la verdad; abandona la palabra, la proposición, la idea, en cuanto estas cuajan y pasan al estado sólido, de estereotipo (stereos quiere decir sólido).
Un historiador o cronista que intentara escribir la historia de Europa durante cualquier siglo estaría influido por cualquier conexión en el espacio y en el tiempo.
Es suficiente, por ahora, haber establecido la siguiente conclusión: que los tres principios de conexión de ideas son las relaciones de semejanza, contigüidad y causa y efecto.
Porque eso son los viejos: la cuerda, la ligazón que hay entre la vida y el abismo de la muerte
La dicha es justamente lo que saca al dichoso de la concatenación de los destinos y de la misma red de su destino.
La guerra como autodefensa es legítima, en consonancia con la ONU. ¡Yo fui de los que apoyaron intervenir en Kosovo!
Cualquier gran escritor, o simplemente buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especificidad. Tal cosa es consustancial al estilo propio, aunque no se trate, únicamente, del estilo. Se trata, en suma, de la firma inimitable que pone en todas sus cosas el escritor. Este es su mundo y no otro. Esto es lo que diferencia a un escritor de otro.
La verdad filosófica no es la concordancia del pensamiento con el objeto, sino la adecuada expresión del ser del propio filósofo.
Dios, que es inmanente, se compadece en su gracia del devoto y se le manifiesta en concordancia con su grado de evolución.
El fin último de nuestra lucha histórica es la conquista de esta unidad del hombre, donde cada hombre sea a la vez técnico y filósofo, trabajador y poeta, maestro de su propio destino y señor de su propio futuro
La dirección del Komintern conduce al proletariado alemán a una terrible catástrofe, cuyo punto culminante será la capitulación por miedo ante el fascismo. Si el fascismo llegase al poder, aplastaría nuestras cabezas y nuestras columnas vertebrales como un gigantesco tanque. Sólo una unidad combatiente con los obreros social-demócratas puede llevar a la victoria.
La impaciencia entorpece el pensamiento y lo transforma en impulso. La paciencia es inteligencia, por lo tanto es equilibrio y armonía del espíritu.
Allá en mis años mozos adiviné del Arte la armonía y el ritmo, caros al musageta, y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta. ¿Y después? He sufrido, como todos, y he amado. ¿Mucho? Lo suficiente para ser perdonado
La economía no puede independizarse de la sociedad pues la consecuencia será la destrucción de la idea misma de sociedad y de bien común. El ideal a ser buscado es una economía de lo suficiente para toda la comunidad de vida.
La inflación es un incremento en la cantidad de dinero y crédito. Su consecuencia principal es la subida de los precios. Entonces la inflación si empleamos incorrectamente el término para describir el aumento de los precios está causada solamente por la impresión de más cantidad de dinero. Por esto, las políticas monetarias del gobierno son totalmente responsables.
La vigilancia y la lucidez son los senderos de la inmortalidad. Los que vigilan no mueren. La negligencia es el sendero de la muerte. Los negligentes son como si ya estuvieran muertos.
En este país siempre hemos confundido lucidez con terquedad, ¿no le parece? Creemos ser lúcidos, pero en realidad somos tercos. En este sentido, Kelly era muy mexicana. Era terca y obstinada.
Todo pueblo colonizado -es decir, todo pueblo en cuyo seno haya nacido un complejo de inferioridad a consecuencia del enterramiento de la originalidad cultural local- se sitúa siempre, se encara, en relación con la lengua de la nación civilizadora, es decir, de la cultura metropolitana.
El éxito no es algo que encontramos, es algo que atraemos como consecuencia de la persona en la que nos convertimos