¿Le doy miedo a la gente? A lo mejor un poco. La otra semana, tenía problemas con mi novia y me senté en frente del armario y empecé a darle golpes con la cabeza hasta que empecé a ver borroso.
Una vez logré esconder una de esas mismas cápsulas rojas bajo la lengua, hice ver que me la tragaba y después la abrí en el armario de las escobas. Por un instante, antes de que todo se convirtiera en polvillo blanco, logré ver que contenía un elemento electrónico en miniatura.