Qué fácil es protestar por la bomba que cayó a mil kilómetros del ropero y del refrigerador
Cerca del escaparate brillaba una tortuga gigante con joyas incrustadas en el caparazón.
Amo mi vida y estoy contento con ella. No necesito que se le aplique una capa de dorado. Yo no concibo una vida sin secretos y sin purificaciones, una vida brillantemente reflejada en el espejo de un escaparate de exposición.
Nosotros tenemos este regalo de amor, pero es como una planta preciosa. No puedes solo aceptarla y abandonarla en la alacena o pensar que va a crecer por si sola. La tienes que seguir regando. Tienes que realmente cuidarla.