No tengo objeciones contra la religión de nadie, sea cual sea, mientras esa persona no mate ni insulte a ninguna otra persona porque ésta no cree también lo mismo.
De la vida lo que más extraño es mi sombrero, es un enigma no resuelto lo que sucede con los sombreros de la gente muerta. Cuando me maté lo primero que cayó al suelo fue mi sombrero y ya nunca más lo volví a ver.