Existen tantas noches como días, y cada una dura lo mismo que el día que viene después. Hasta la vida más feliz no se puede medir sin unos momentos de oscuridad, y la palabra -feliz- perdería todo sentido si no estuviese equilibrado por la tristeza
Ya no se trataba de dos rivales que quisieran medir en el juego sus propias fuerzas, eran ahora dos enemigos que se habían jurado aniquilarse mutuamente..
La religión me ayuda muchísimo a comprender y valorar la ciencia
Ya hemos llegado al punto de considerar nuestros bienes como artículos desechables. ¿Hemos transformado de igual modo la forma de ver a nuestros semejantes? ¿Hemos dejado de valorar también, durante este proceso, la singularidad que poseemos todos?
Es una lástima que la mayor parte de la humanidad tenga una visión mental tan limitada a la hora de sopesar con calma y con inteligencia aquellos fenómenos aislados, vistos y sentidos sólo por unas pocas personas psíquicamente sensibles, que acontecen más allá de la experiencia común.
Razonar: sopesar probabilidades en la balanza del deseo.
evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.
Es muy importante evaluar las inteligencias, pero los test estandarizados no son la solución
Predicar moral es cosa fácil; mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica
En busca de la ballena habíamos estado navegando por el Ecuador a unos veinte grados al oeste de las Galápagos; y toda nuestra faena, después de determinado nuestro derrotero, fue ajustar las vergas y mantenernos a favor del viento: el buen barco y la constante brisa harían el resto.
Me basta reflexionar en la maravillosa estructura del universo, la cual podemos percibir muy vagamente, y tratar de comprender humildemente tan solo una parte infinitesimal de la inteligencia manifiesta en la naturaleza
La escuela enseña que los errores son malos; la última cosa que uno desea es examinarlos, detenerse en ellos, o reflexionar sobre ellos...La filosofía de la depuración propone una actitud opuesta. Los errores nos benefician porque nos llevan a estudiar lo que sucedió, a comprender lo que anduvo mal y, a través de comprenderlo, a corregirlo.
Quien pretende llegar a un sitio determinado emprenda un solo camino y déjese de tantear muchos a un tiempo pues esto último no es caminar sino vagar