Evita aquello que excede la medida y recuerda acontentarte del después: es más segura la barca transportada por una corriente moderada
El Barça de Guardiola ha hecho mucho daño al fútbol de Segunda B.
Había sido trasbordado en los Canales Ingleses e Irlandeses de un buque mercante inglés con destino a la patria a un buque de guerra de setenta y cuatro cañones, el Bellipotent, barco de Su Majestad, rumbo a alta mar.
Tuvimos una visión. Albión es el nombre de un barco en el que viajábamos. Y Arcadia, el destino: el reino de los sentidos, un lugar idílico, donde olvidar las dudas.
La cibercomunidad naciente encuentra refugio en la realidad virtual, mientras las ciudades tienden a convertirse en inmensos desiertos llenos de gente, donde cada cual vela por su santo y está cada cual metido en su propia burbuja.
Una llama seduce el humo de los sueños que me acunan. vela mi corazón aunque yo duerma.
Llamar a un Zodiac balsa inflable no es hacerle justicia. Un Zodiac tiene diseño. Tiene hidrodinámica. Está hecho para navegar. La parte inflable tiene forma de herradura; las puntas señalan hacia atrás y se adelgazan, adoptando forma cónica. El suelo de la embarcación está hecho de pesadas tablas entrecruzadas y en la popa hay un codaste que no deja entrar el agua y sostiene el motor.
El sol que estaba entonces en su punto más bajo del horizonte daba al agua una coloración purpúrea con destellos de oro en las crestas de las grandes olas adquiriendo tonos azules y verdosos en sus puntos más profundos. Parecía como si cada embarcación de pesca atrajese hacia sí sus propios botes mediante invisibles cadenas.
Mientras el cielo se oscurece y las olas se yerguen en un súbito chubasco, el bote en el lago flota enfermo a gusto.
¿Qué se puede hacer cuando un barco que transporta cientos de pasajeros naufraga y sólo se dispone de un bote salvavidas? Cuando el bote esté lleno, aquellos que odian la vida tratarán de cargarlo con más gente y acabarán hundiéndolo. Aquellos que aman y respetan la vida tomarán un hacha del barco y cortarán las manos de aquellos que se agarren a los costados del bote.
No me gusta aferrarme a las cosas materiales. Tenía una lancha hermosa y un día se me dio vuelta y se me hundió, tenía un departamento y se me incendió, tuve un montón de cosas y las perdí. Mi seguridad es mi fuerza interior, mi espiritualidad