No se trata de ser como todo el mundo. Yo estaba confundido acerca de eso por un tiempo cuando yo estaba en la escuela
Algunos autores han confundido la sociedad con el gobierno, dejando poca o ninguna distinción entre ellos y no sólo son diferentes, sino que tienen diferentes orígenes. La sociedad es producida por nuestros deseos, y el gobierno de nuestra maldad.
Una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos.
La Gran Enfermera tiene tendencia a alterarse mucho cuando algo impide que su equipo funcione como una máquina bien aceitada, exacta, de precisión. Cualquier objeto desordenado o fuera de lugar o en medio del paso la convierte en un blanco hatillo de sardónica furia.
La Gran Enfermera tiene tendencia a alterarse mucho cuando algo impide que su equipo funcione como una máquina bien aceitada, exacta, de precisión. Cualquier objeto desordenado o fuera de lugar o en medio del paso la convierte en un blanco hatillo de sardónica furia.
Del desordenado amor y vano temor nace todo el desasosiego del corazón y toda distracción de los sentidos
En ocasiones pienso que el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano.
Cuando las cosas se complican y me siento confuso agregó-, me las arreglo recordando lo siguiente: Si es complicado, seguramente forma parte del problema. Si es sencillo, podría ser una solución.
La Gran Enfermera tiene tendencia a alterarse mucho cuando algo impide que su equipo funcione como una máquina bien aceitada, exacta, de precisión. Cualquier objeto desordenado o fuera de lugar o en medio del paso la convierte en un blanco hatillo de sardónica furia.
Una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos.
La Gran Enfermera tiene tendencia a alterarse mucho cuando algo impide que su equipo funcione como una máquina bien aceitada, exacta, de precisión. Cualquier objeto desordenado o fuera de lugar o en medio del paso la convierte en un blanco hatillo de sardónica furia.
Si queréis saber cómo habita el alma en el cuerpo, os bastará observar cómo usa el cuerpo de su cotidiana habitación: si ésta es desordenada y confusa, desordenado y confuso será el cuerpo poseído por el alma.