El ateísmo ha sido un principio destructor de toda organización social que niega al hombre la posibilidad del consuelo y toda esperanza.
El hombre es la única especie viviente que tiene el poder de actuar como su propio destructor y es esa la manera en que mayormente ha actuado a través de su historia
De pronto recordé que había soñado con eso: Un laberinto asfixiante en el que por más que caminara siempre estaba en el mismo lugar. Algo me atrajo, quizá la incertidumbre o mi propio miedo, y me largué a correr hacia cualquier parte.
La perfección es asfixiante