(..) Ahora bien, cada época tiene una fe propia. Cada síntesis contiene la noción de un fin y de una misión. Y cada misión tiene un instrumento propio, fuerzas propias y una especial palanca de acción.
El proceso autonómico tampoco puede ser una vía para la destrucción del sentimiento de pertenencia de todos los españoles a una Patria común. La autonomía no puede, por tanto, convertirse en un vehículo de exacerbación nacionalista, ni mucho menos debe utilizarse como palanca para crear nuevos nacionalismos particularistas.
Se mata la perra y se acaba la leva