Por alguna curiosa fatalidad, así como se nota a menudo de los filibusteros de ciudad que siempre acampan en torno a los palacios de justicia, igualmente, caballeros, los pecadores suelen abundar en las cercanías más sagradas.
¿O fue creado para estar siquiera un momento en las cercanías de tu corazón?
Tiene en su poder la luz y la sombra, pero su luz no ofende nunca, y su oscuridad aún deja ver los contornos claros.
Lo que es la piedra para el escultor es el tiempo para el músico. Cada vez que se levanta para tocar, el músico se enfrenta con su pedazo de tiempo sin esculpir. Sobre este vacío aparentemente sin contornos tiende, quizás, un arco de violín, que es una herramienta para tallar o dar forma al tiempo... O, digamos, para descubrir o liberar las formas latentes en ese momento único del tiempo.
Yo te contemplo, absorto, y en mi entusiasmo creo que eres una duquesa que sale de paseo hacia las pintorescas afueras de París.
Se sentó al lado en el asiento que había dejado y observó a los suburbios de Filadelfia, en sus somrbías llagas y extraños rincones.
Todo saber analítico está, pues, invenciblemente ligado a una práctica, a esta estrangulación de la relación entre dos individuos, en la que uno escucha el lenguaje del otro, liberando así su deseo del objeto que ha perdido (haciéndole entender que lo ha perdido) y liberándolo de la vecindad siempre repetida de la muerte (haciéndole entender que un día morirá).
La vecindad de semejante compañero, lejos de anonadarme, me inspiraba un terror magnifico.
La mente dirigida hacia afuera se transforma en pensamientos y objetos. La mente dirigida hacia adentro se transforma en el Yo.
Maria, abre la ventana y deja que el sol alumbre por todos los rincones de tu casa. Maria, mira hacia afuera nuestra vida no ha sido hecha para rodearla de sombras y tristezas.
Preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres
Un Hombtre en la periferia de la cordura.