Pero no se asemejaba a un profeta, se asemejaba a un mendigo recogido por caridad en un asilo, a uno de esos que se arrastran por la avenida y duermen, cubiertos de periódicos, dentro de embalajes de cartón.
¿Dónde está el descanso de los días, la avenida con tomillo, el aroma de verónica que prometiste, la nata y la miel que dijiste que había ganado, la felicidad que procede de las tareas bien hechas, la serenidad que el deber nos concede, las bendiciones de las buenas obras?
Para una persona no instruida en historia natural, pasear por su país o junto al mar es un paseo por una galería llena de maravillosas obras de arte, nueve décimas partes de las cuales están vueltas hacia la pared
Daría un largo paseo por el bosque y embriagaría mis ojos con todas las bellezas del mundo de la naturaleza, intentando desesperadamente absorber el gran esplendor que se despliega en todo momento ante lo que pueden ver