La vida trae a veces brisa ligera, palabras que sólo son palabras, íntimos coloquios de enamorados bajo los olivos.
Íntimamente se han abierto todas mis amarguras y mis esperanzas, como las flores que a la brisa pura esparcen bajo el cielo su fragancia.
En verdad te digo, no era una carta, sino un jardín de rosas adornado con jacintos y flores. Contenía la dulce fragancia del paraíso, y el céfiro del Amor Divino emanó de sus floridas palabras.