El Zen, en su esencia, es el arte de ver dentro de la naturaleza del propio ser, y señala el camino de la esclavitud hacia la libertad. Al hacernos beber directamente en la fuente de la vida, nos libera de todos los yugos que los seres finitos sufrimos comúnmente en este mundo.
Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud
Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud
No menos repercusión y alcance tendrá nuestro triunfo del 16 de febrero sobre la lucha de los obreros y masas populares de Portugal, que gimen bajo el yugo de la dictadura de Oliveira Salazar.
La filosofía de estar aquí ahora y dejar de lado toda atadura es una experiencia. Cuando lo haces, descubres que realmente estás perfectamente bien, de hecho te sientes maravillosamente. Déjate ser, deja que el mundo sea, y abandona la lucha por tratar de cambiar las cosas.
Los pájaros son el recuerdo cotidiano de la atadura que nos une a la tierra diariamente.
No concibo mi vida más que como un encadenamiento de muertes sucesivas. Arrastro tras de mí los cadáveres de todas mis ilustraciones, de todas mis vocaciones perdidas.
Se trata pues de hacer del teatro, en el sentido cabal de la palabra, una función; algo tan localizado y tan preciso como la circulación de la sangre por las arterias, o el desarrollo, caótico en apariencia, de las imágenes del sueño en el cerebro, y esto por un encadenamiento eficaz, por un verdadero esclarecimiento de la atención.
El patriotismo es la principal parte de la ideología mediante la cual la burguesía envenena la conciencia de clase de los oprimidos y paraliza su voluntad revolucionaria, porque patriotismo significa sujeción del proletariado a la nación, tras la cual está la burguesía.
Los edificios monumentales no tienen otra sujeción que el sentimiento que los inspira y la simpatía que procuran despertar.
Lo que la humildad no puede exigir de mí es mi sumisión a la arrogancia y a la rudeza de quien me falta el respeto. Lo que la humildad exige de mí, cuando no puedo reaccionar como debería a la afrenta, es enfrentarla con dignidad.
En una sociedad cerrada -a veces Popper la llama sociedad tribal- estamos confinados por una sumisión a fuerzas políticas u observancias tribales. Sólo una sociedad abierta libera la capacidad crítica del hombre.
Perdón, pero se me ha caído un pendiente enorme. Bueno, ustedes me lo vais a devolver porque mi trabajito me costó. Muchas gracias de todo corazón pero el pendiente, Íñigo, no lo quiero perder, eh, por favor
Tanto en la poesía como en la narración breve, es posible hablar de lugares comunes y de cosas usadas comúnmente con un lenguaje claro, y dotar a esos objetos, una silla, la cortina de una ventana, un tenedor, una piedra, un pendiente de mujer, con los atributos de lo inmenso, con un poder renovado.
Personalmente, cuando hablo solo con Dios y la Virgen, más que adulto prefiero sentirme niño. La mitra, el solideo, el anillo desaparecen; mando de vacaciones al adulto y también al obispo, para abandonarme a la ternura espontánea que tiene un niño delante de papá y mamá. El rosario, oración simple y fácil, a su vez, me ayuda a ser niño y no me avergüenzo de ello en absoluto
Este deseo sin límites me impulsa, como a un toro con anillo en la nariz y cadena en el anillo...
Dar el Premio Linus Torvalds a la Free Software Foundation es casi como dar el Premio Han Solo Award a la alianza Rebelde.
Una alianza es más sólida si los aliados, mas bien que conocerse mutuamente, creen los unos en los otros: por ello, entre enamorados, la alianza es más sólida antes que después de la unión matrimonial
Chloé se había puesto las medias, finas como humo de incienso, del mismo color que su clara piel, y los zapatos de tacón alto de piel blanca. El resto de su cuerpo estaba completamente desnudo, a excepción de una pesada pulsera de oro azul, que hacía parecer aún más frágil su delicada muñeca. ¿Crees que debo vestirme?
Si le ponemos a un chico una pulsera de plomo en su muñeca, estaremos hostigando a ese brazo. Todo le va a costar, desde lavarse los dientes hasta saludar. Si después de un año lo liberamos de ese peso extra, notaremos que ese brazo es mucho más fuerte que el otro. El brazo hostigado creció mucho más que el brazo no hostigado. Hemos agredido, hemos profanado ese músculo y lo hemos hecho crecer.
Si besan tu mano te puedes sentir muy bien, pero un brazalete de diamantes y zafiros es para siempre.
En cuanto al crimen, yo no conozco mayor criminal que el gobierno, una camarilla de saqueadores de los demás con un capo cuatrienal o sexenal que habla y habla y habla y habla. Aquí, en China y en la Conchinchina
Veo un muro gris, un serio muro gris en el que el sol viene a pegarse como una estampilla la mitad del año, como una araña achatada, como una pasta amarilla que a la tarde se envuelve apergaminada hacia arriba. Veo también una pequeña ventana y en ella una cabeza enmarañada, sin peinarse y sin cuerpo, desnivelada al filo de una batiente abierta, con la mirada puesta lejos como hacia adentro.
La próxima vez que te vea será en la iglesia. Se acabó para siempre el amor recatado que ni a ti ni a mí nos agrada. Adiós. Al amor de banca y al amor de sala. Adiós al pudor inmaculado. Ahora viviremos el amor a tambor batiente con muchas formas de besos y muchas formas dé agarre.