Cuando en vez de sustituir las imágenes por las ideas, sustituimos las ideas por las imágenes, embrollamos el tema, oscurecemos su materia, volvemos menos clarividente el espíritu de los otros y también el nuestro.
Nuestro sueño, cuando lo seguimos, es el mejor pronosticador de nuestro futuro.
Cuando en vez de sustituir las imágenes por las ideas, sustituimos las ideas por las imágenes, embrollamos el tema, oscurecemos su materia, volvemos menos clarividente el espíritu de los otros y también el nuestro.
Nuestro sueño, cuando lo seguimos, es el mejor pronosticador de nuestro futuro.