El gran problema radica en cómo podrán los oprimidos, como seres duales, inauténticos, que alojan al opresor en sí, participar de la elaboración de la pedagogía para su liberación. Sólo en la medida en que descubran que alojan al opresor podrán contribuir a la construcción de su pedagogía liberadora.
La democracia da a cada uno el derecho deser su propio opresor
El torturador es un funcionario. El dictador es un funcionario. Burócratas armados, que pierden su empleo si no cumplen con eficiencia su tarea. Eso, y nada más que eso. No son monstruos extraordinarios. No vamos a regalarles esa grandeza.
A veces la mudanza del nombre de los objetos basta para mudar los sentimientos de los hombres. Los romanos aborrecían el nombre de rey, y toleraron los de dictador y emperador.
El acto autoritario se distingue de todos los demás por el hecho de que no encuentra oposición por parte de quien, o de quienes, es el destinatario. Lo que presupone por una parte, la posibilidad de una oposición y, por la otra, la renuncia consciente y voluntaria a la realización de esa posibilidad.
Ningún régimen autoritario dura eternamente
En un Estado totalitario la situación es, permanentemente y en todos los campos, la misma que en los demás países domina algunos ámbitos en tiempos de guerra. Se ocultará a la gente todo lo que pueda provocar dudas acerca de la competencia del Gobierno o crear descontento.
Un estado totalitario armonizará en España el funcionamiento de todas las capacidades y energías del país, que dentro de la Unidad Nacional, el trabajo estimado como el más ineludible de los deberes será el único exponente de la voluntad popular. ** Nota: Discurso sobre el tipo de Gobierno que ejercería tras la guerra civil en el contexto de Europa y de la Reconstrucción Nacional.
La ejecución de un déspota local o un sheshi malvado de tanta importacia repercute en todo el distrito y contribuye muy eficazmente a la extirpación de los males remanentes del feudalismo.
De la Patria es la luz que miramos, de la Patria la vida es un don. Verteremos por ella la sangre, por un bárbaro déspota no