Yo camino solo, observo todo y lo disfruto, a veces tan incomodo, me siento diminuto
Fújur se esforzó desesperadamente por encontrar otra vez el lugar en que Atreyu debía de haber caído al agua, pero hasta para un dragón blanco de la suerte es imposible descubrir en la espuma hirviente de un mar revuelto el puntito diminuto de un cuerpo que flota...O el de un ahogado en su fondo.
La tempestad bendijo mis desvelos marítimos, más liviano que un corcho dancé sobre las olas llamadas eternas arrolladoras de víctimas, ¡diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!
Dulce es el yugo de Jesús, liviano su peso, por lo tanto, no demos lugar al enemigo para insinuarse en nuestro corazón y robarnos la paz. P. Pío