Al norte un ángel yace amordazado. Al este el llanto ordena sus neblinas. Al sur mi tierno haz de palmas finas, y al oeste mi puerta y mi cuidado.
Los americanos, todos: del norte al Sur, pasando por el Centro y por el Caribe, debemos reencontrarnos con el sueño originario del Nuevo Mundo que llenó de esperanzas a la humanidad