Cedazo que filtras mis sentimientos, que sólo dejas pasar besos y deseos, grano que germinas en mi corazón: loca maravilla, bastan tus cejas para agitar mi aliento.
Vuelven los peces a agitar la noche en el borde umbrío de nostalgias, el recuerdo de tu última partida sobre el fugaz polvo de la tierra.
Cuando asiento mis pies en tierra firme no me los hace menear ni un terremoto.