No, no, repito, la castidad no es una virtud, no es más que una convención que tuvo su origen en un refinamiento del libertinaje.
Llegan incluso a contraer matrimonio con ella, prorrogando su placer criminal con el refinamiento de un epicúreo. Pero con más frecuencia se encamina directamente a su objetivo, vence por la fuerza y devora a su víctima en un festín.