Llevo sola dos años y estoy muy bien. Mi corazón está cuidándose mucho. No me gusta que me lastimen; estoy un poco cerrada al amor, Algún día pasará. Claro que me quiero casar y tener hijos. Pero primero los corazones tienen que sanar y el mío está en un proceso de sanación.
Te puedes casar o quedarte soltero, pero te arrepentirás de las dos cosas.
Confundido entre los transeúntes, José María López Lledín desanda ahora —y por siempre— las calles de la Habana Vieja. Gracias a la magia del escultor José villa Soberón, su silueta de caballero medieval se perfila a la entrada del Convento de San Francisco de Asís, para que de boca en boca —como en las leyendas antiguas— sea develado el misterio de su identidad
Fue un día maravilloso; caminó hasta tan lejos que al volver a la villa la luna muy alta iluminaba el lago con sombras púrpuras y plateadas. Como el espectáculo era grandioso no entró a la villa, sino que atrajo una silla hasta el borde del agua para respirar el perfume de la noche. Se quedó dormido.