La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente. valorar la paz y la generosidad y tener merced es comprender el verdadero significado de Navidad
La producción se mide en función de las posibilidades, no exclusivamente en función de los logros, pero nosotros estamos acostumbrados sólo a valorar a aquel que llega más arriba.
La valoración de las diferencias (mentales, emocionales, psicológicas) es la esencia de la sinergia. Y la clave para valorar esas diferencias consiste en comprender que todas las personas ven el mundo no como es, sino como son ellas mismas.
Quizá haya sido el instinto el que, en razón de la ciencia, pero de una muy diferente a la actual, me haya hecho apreciar más una ciencia que sea el non plus ultra de las demás: la ciencia de valorar la libertad por sobre toda otra cosa. ¡La libertad! Sí, la libertad, tal como nos es posible actualmente, es una planta bien endeble; pero de todos modos libertad, de todos modos un patrimonio
El lenguaje se deteriora, pero la función de los poetas es revalorizar las palabras
El automóvil es aquel invento técnico que ha hecho aumentar la exigencia de velocidad de reacción de los peatones.
La idea de Dios, en tanto que significa un ser infinitamente inteligente, sabio y bueno, surge al reflexionar sobre las operaciones de nuestra propia mente y al aumentar indefinidamente aquellas cualidades de bondad y sabiduría.
Existen ciertos bienes cuyo valor está determinado tan sólo por su escasez. Ningún trabajo puede aumentar la cantidad de dichos bienes y, por tanto, su valor no puede ser reducido por una mayor oferta de los mismos.
¿Qué tienes para exportar, qué materias primas? Monocultura, diamantes, café, cereales, véndelos en el mercado a las multinacionales imperiales. Te prestaremos dinero para aumentar tu producción, páganos un interés anual, para tu propia seguridad ajústate el cinturón, no pondremos objeciones.
¡Le va a subir el IVA a este niño que venía aquí! ¡Los chuches! ¡Va a subir el IVA de los chuches!
Has sufrido tormentos pero aún así sigues estando lejos de Dios, porque no has alcanzado tu objetivo de destruir al yo. Tus tormentos no cesarán hasta que perezcas. No puedes llegar al tejado a no ser que asciendas por la escalera. Si faltan dos travesaños no podrás subir por ella, si la cuerda del pozo es demasiado corta el cubo no llegará al agua.