¡Oh bienaventurado, que sin ira, sin odio, en paz estás, sin amor ciego, con quien acá se muere y se suspira, y en eterna holganza y en sosiego vives y vivirás cuanto encendiere las almas del divino amor el fuego!
Todo sucede muy deprisa. De pronto estoy cayéndome, y en cuestión de segundos estoy entre sus brazos y me aprieta fuerte contra su pecho. respiro su aroma limpio y saludable. Huele a ropa recién lavada y a gel caro. Es embriagador. Inhalo profundamente.
Y aunque estés así tan radiante, rendida en la niebla, yo no respiro hasta ver tu despertar...
La mujer perderá la atracción del sexo, usurpará al hombre de su quehacer, atrapará la política, llevará su mando al alto estrado, será dominante factor en el mundo, pero el mundo en el día de los días la aplastará. Será en el final de la grande prueba
Nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante
Cuando queda tiempo para aburrise, yo procuro aburrirme porque el aburrimiento es una forma de descanso
El ajedrez ha de ser primordialmente una recreación y no debe practicarse en detrimento de otras y más serias actividades. Como un simple juego, como un descanso de actividades importantes en la vida, merece la más alta recomendación.
¡Oh bienaventurado, que sin ira, sin odio, en paz estás, sin amor ciego, con quien acá se muere y se suspira, y en eterna holganza y en sosiego vives y vivirás cuanto encendiere las almas del divino amor el fuego!
Vamos a una pausa publicitaria, que será tan corta como el sueldo del presentador.
La vida quizá es una larga calle por la que pasa cada día una mujer con una cesta, quizá es la cuerda con la que un hombre se cuelga de un árbol. La vida quizá es el niño que vuelve de la escuela, quizá es ese cigarrillo que se enciende en la pausa entre dos abrazos o esa mirada absorta del transeúnte que se quita el sombrero y saluda: ¡buenos días! Con una sonrisa insignificante.