Un deseo ardiente de ser y de hacer es el punto inicial desde el que el soñador debe lanzarse. Los sueños no están hechos de indiferencia, pereza, ni falta de ambición
Yo, no he visto un soñador más pertinaz, que aquel anciano proscrito, que parecía no darse cuenta de que andaba por sobre las cenizas de los muertos.
El líder tiene que ser práctico y realista, sin embargo, debe hablar la lengua del visionario y del idealista.
La creencia religiosa exige un vasto esfuerzo de compromiso imaginativo y emocional, lo que es bastante difícil si uno todavía esta atontado por las pastillas de la noche anterior.
Observé que, por definición, los críticos no tienen imaginación y es normal. Un crítico demasiado imaginativo ya no podría ser objetivo. Precisamente la ausencia de esa imaginación es lo que les hace preferir las obras muy sobrias, muy desnudas, las que les dan la sensación de que podrían ser casi sus autores.