Las tres cosas más difíciles en este mundo son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.
El enamoramiento, en su iniciación, no es más que eso: atención anómalamente detenida en otra persona. Si esta sabe aprovechar su situación privilegiada y nutre ingeniosamente aquella atención, lo demás se producirá con irremisible mecanismo.