En la tierra jamás la poesía cesa: cuando, en la solitaria tarde invernal, el hielo ha labrado el silencio, en el hogar ya vibra el cántico del grillo, que aumenta sus ardores, y parece, al sumido en somnolencia dulce, la voz de la cigarra, entre colinas verdes
Tenía los labios inmóviles, pero cuando lo miré parecieron sonreír sin hacer el más mínimo movimiento. Lo miré más fijamente, convencido de que se trataba de una poderosa ilusión en la que yo no podía penetrar. Y, cuanto más miraba, más parecía sonreír y, por último, se animó con un susurro, un murmullo, un cántico mudo.
La esquina del herrero, barro y pampa, tu casa, tu vereda y el zanjón, y un perfume de yuyos y de alfalfa que me llena de nuevo el corazón.
Absolutamente. Me sentaba en la esquina de la clase y veía como las personas interactúaban entre sí. Yo veia a los chicos flirtear con las chicas cool y veía charlas entre mejores amigos, y me iba a casa y escribía sobre ello. Si escuchas mis discos, es como si leyeras mi diario.
No era como 'Tienes que tener paz!' Sólo dale una oportunidad. No estamos haciendo ningún himno aquí.?. Sólo digo que tal una canción para el cambio. Creemos que tenemos el derecho a tener voz y voto en el futuro y creemos que el futuro se hace en tu mente.
Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.
Mi voz es demasiado fastidiosa cuando hablo, yo lo sé, por eso prefiero cantar
Creo que todas las novelas tratan del carácter y que es para expresar el carácter, no el sueño de doctrinas, el cantar canciones o el celebrar las glorias del Imperio Británico que la forma de la novela, tan rica, elástica y viva, va evolucionando.
Absolutamente. Me sentaba en la esquina de la clase y veía como las personas interactúaban entre sí. Yo veia a los chicos flirtear con las chicas cool y veía charlas entre mejores amigos, y me iba a casa y escribía sobre ello. Si escuchas mis discos, es como si leyeras mi diario.
La poesía, más que del lenguaje, proviene del silencio, y yo no soy más que la esquina por donde se asoma.
La Patria florece cuando vemos en el trono a la noble igualdad, como bien dice nuestro himno nacional. La injusticia en cambio lo ensombrece todo. Qué triste es cuando uno ve que podría alcanzar perfectamente para todos y resulta que no.
Así alternando el himno y la elegía, ya llore, ya sonría, sólo te canto a ti, mi único dueño, en quien puse mi ensueño desde que supo amar el alma mía.