El trabajador pone su vida en el objeto, pero a partir de entonces ya no le pertenece a él, sino al objeto
La literatura es un espejo de la cotidianidad y, por ende, de la política. La política entra en la vida cotidiana y, aunque no se convierta precisamente en ésta, ella misma es ficción. Sólo se puede escribir literatura a partir de lo vivido, de la experiencia.