Los obispos muy raramente dejaban a los constructores que hicieran solos el trabajo. Con frecuencia uno de los problemas del maestro constructor era tener que calmar la enfebrecida imaginación de los clérigos y establecer unos límites prácticos a su desbordada fantasía.
Sería el barro negro de las Injurias y de las Cambroneras, que ahogaría a los ricos, la venganza justa contra las clases directoras, que hacían del Estado una policía para salvar sus intereses, obtenidos por el robo y la explotación, que hacían del Estado un medio de calmar a tiros el hambre de los desesperados.
Tarea delicada la de apaciguar muchedumbres, porque hacer mucho puede ser tan funesto como no hacer nada.
Mientras trabajas debes estar consciente de tu naturaleza real. Debes mantener la calma, practicar meditación para aquietar la mente y permitirle tomar conciencia de su relación verdadera con el Yo que la sustenta. Si trabajas de este modo, tu trabajo o servicio no será un impedimento en el camino hacia la verdad.
Silencio. ¡Cuán bello el silencio! Pero hay que aquietar este mundo interior. Hay muchos que gritan ahí dentro. El silencio es una conquista. No es el ruido externo lo que nos aturde; es el grito de las pasiones. No es aislarse; es desprenderse; el silencio no es un don sino un fruto difícil. Este silencio físico es apenas un medio para acallar la propia algarabía
¿Qué quiere decir un fujimorazo a la colombiana? Muy sencillo: hacer algo parecido a lo que hizo Fujimori para pacificar su país, sin romper el Estado de Derecho. (...) El presidente Samper responde que él no tiene esa solución en mente porque es respetuoso de la Constitución. Nadie sugirió irrespetar la Carta, y mucho menos que fuera nuestro Alan García quien liderara ese proceso.
La mentira es usada como anestesia para aplacar el dolor dentro esta sociedad capitalista...
Silencio. ¡Cuán bello el silencio! Pero hay que aquietar este mundo interior. Hay muchos que gritan ahí dentro. El silencio es una conquista. No es el ruido externo lo que nos aturde; es el grito de las pasiones. No es aislarse; es desprenderse; el silencio no es un don sino un fruto difícil. Este silencio físico es apenas un medio para acallar la propia algarabía
El nacionalismo es instrumento de manipulación. Se pretende acallar las voces de la nación con el estruendo del himno nacional.
El único modo de proteger a nuestro pueblo, el único modo de asegurar la paz, el único modo de controlar nuestro destino pasa por nuestro liderazgo.
Pero para asegurar la esperanza, para darle densidad, hay que participar en la acción, comprometerse en cuerpo y alma en la lucha nacional. Puede hablarse de todo, pero cuando se decide hablar de esa cosa única en la vida de un hombre que representa el hecho de abrir el horizonte, de llevar la luz a la propia tierra, de levantarse a sí mismo y a su pueblo, entonces hay que colaborar muscularmente.
Aprendamos a aumentar la continencia, a enfrentar la demasía, a templar la gula, a mitigar la ira...
Como empresario tienes que aprender muy rápidamente que no hay tal cosa como un fracaso. Mirando hacia atrás en la historia de Virgin, nuestra capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios ha ayudado a mitigar los reveses
Cuando tenía quince años, estaba empeñado en aprender; a los treinta, contaba con una base firme; a los cuarenta, ya no tenía dudas de nada; a los cincuenta, conocía la ley del cielo; a los sesenta, tenía los oídos bien abiertos; a los setenta, era capaz de satisfacer los deseos de mi corazón sin excederme.
Las masas perdieron su carácter poético con el cristianismo. No me hable usted de los tiempos modernos, a propósito de lo grandioso. No dan ni para satisfacer la imaginación de un folletinista de la peor calaña.