Gran habilidad sin discreción, invariablemente tiene un fin trágico.
Que los celos invariablemente nacen sin ojos y sin orejas.
El rendirse a la ignorancia y llamarla dios siempre ha sido prematuro y sigue siéndolo hoy día.
El futuro siempre se las arregla para ser diferente de lo que proyectamos. Hay que inventarlo todo, y eso es lo mejor que puede pasarnos.