Quiero perder el valor que gané por miedoso
Criticando al actual ministro de seguridad, de nombre Massei y de profesión bioquímico, Luis comentó lo inseguro que es Córboba: Y así estamos con el bioquímico, en vez de Massei, menos diez.
Hitler habla durante dos horas. Me siento abatido. ¿Qué Hitler es éste? ¿Un reaccionario? Fabulosamente torpe e inseguro (... ). Ya no creo ciegamente en él. Esto es lo terrible: he perdido el apoyo interior. Sólo soy a medias.
Nada hay en éste mundo más digno de lástima que un hombre irresoluto que oscila entre dos sentimientos.
Me vi abrumado de felicitaciones, bendiciones y abrazos. Yo lo recibí todo con manos temblorosas, labios fríos, cerebro vacilante y un corazón que se me había vuelto de piedra. Todo desfilaba ante mí como un sueño. Observaba aquel desfile sin pensar siquiera en quién iba a ser la víctima.
La pluma está en mi mano vacilante y medrosa, pero en mi corazón no florecen los versos.
Para el tímido y el pusilánime todo es imposible, porque así les parece.
...el desprecio nace cuando al príncipe se le considera inestable, superficial, afeminado, pusilánime e indeciso...
Ser puritano, mojigato o predicador es malo. Ser las tres cosas a la vez me recuerda los peores excesos de la Revolución Francesa.
Los grandes hombres rara vez son excesivamente escrupuloso en la disposición de su atuendo
Acabas de cenar, y no importa lo escrupuloso que esté escondido el matadero con la agraciada distancia de las millas, hay complicidad
Los celos personales, el resentimiento del gazmoño contra el primo despreocupado, del tonto contra el muchacho despabilado, se disimulaban con argumentaciones políticas.