Como el calor reanima los organismos más caducos, porque se hace sentir en los conductos mas secretos de la vida, el sentimiento despierta el amor de la verdad en los pueblos no habituados a pensarla, porque hay una electricidad moral y el sentimiento es el mejor conductor de esa electricidad.
Me cago en el vapor, la electricidad y en los sueros inyectados.
En la tremenda corriente contemplo el último instante de mi vida. La corriente es tan fuerte que lo arrastraría todo, incluso piedras, una catedral, una ciudad. Hay una tempestad que ruge en el interior de las aguas del río. Del viento que se debate
Soy consciente de ser sólo una persona que lucha débilmente contra la corriente del tiempo. Sin embargo, todavía me queda poder contribuir de tal manera que, cuando la teoría de los gases sea de nuevo reavivada, no tarde demasiado en ser redescubierta