Ya nada me distingue del mundo porque nada detengo. Pero (sopla lento el viento) cada partícula de polvo, cada gota de agua que viene en el viento, un instante antes de entrar en mí se detiene. Nada me distingue del mundo, es cierto, pero nada me traspasa. Todo, justo un instante antes de perforarme, me señala, me sostiene, me demarca.
Sé lento con la lengua y rápido con el ojo.
Con frecuencia, un perezoso es un rebelde sublevado ante la idea de estar toda la vida atado a un banco, trabajando para dar placeres al patrón, al que sabe más estúpido y sin más razón que la de haber nacido en un palacio en vez de un cuartucho
El bizkaíno es laborioso (Vez labradas las montañas hasta la cumbre); el Español, perezoso y vago (contemplar sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación). El Bizkaíno es emprendedor (...); el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale.
Un flemático deja que le vengan las cosas y se alegra de que pasen de largo.
Sobre el fino garabato de un tango nervioso y lerdo se irá borrando el recuerdo...
Veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje las hieles o la miel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Acérquense los del fuego, los enamorados de la vida. Nos calentaremos con estos nuestros corazones hechos leña bajo este rudo temporal, pero contentos.
Se ha avanzado, paso a paso, demasiado lentamente, al tranco cansino y dubitativo de la transición chilena a la democracia que terminó, mal que nos pese, en una democracia incompleta y excluyente.
No sea pendejo, Dr. Insulza. Vaya que es bien pendejo el doctor Insulza. Un verdadero pendejo, desde la P hasta la O. No le tenemos miedo. Usted está muy equivocado. Vaya con sus insulserías a otro lado
Antes no había asociaciones de internautas, ni comunidades electrónicas, y ahora cualquier pendejo electrónico está construyendo la nueva democracia digital
No me importaría que la opera desapareciera. Desde que era un niño, me pareció un pesado anacronismo, casi el equivalente de fumar.
Para nosotros, no es un ángel caído del cielo en la animalidad sino un ser en ascendente evolución; no purga sus pecados sobre la tierra sino que hace de ella el escenario de la maravillosa aventura de su vida inteligente, en busca de la libertad y queremos arrancar de esas creadoras fuerzas supremas, el lastre pesado de los siglos de barbarie y de barbarie actual.