La izquierda es como el Atlético de Madrid. Sólo gana una vez cada diez años y no tiene ningún periódico que la apoye.
El contenido de la prensa está influenciado por una idea: el servicio de la clase dominante, lo que inevitablemente se traduce en una cosa: luchar contra la clase trabajadora. De hecho, del primer al último renglón, el periódico burgués adopta y revela esta preocupación.