Se puede considerar la mente como una especie de ordenador en cuya compleja memoria la información no se registra en su forma original, a efectos de su subsiguiente lectura, sino que se organiza automáticamente en modelos de datos.
La felicidad es tan discreta que únicamente, una vez desaparecida, la infelicidad subsiguiente permite recordarla.
Pintar un cuadro, componer una ópera, eso son cosas que uno hace hasta que encuentra el siguiente culo dispuesto a hacerlo.
Toda la Conferencia de Abril del partido se consagró a la siguiente cuestión esencial: ¿Vamos a la conquista del Poder para realizar la revolución socialista, o ayudamos a perfeccionar la revolución democrática?
... La falta completa de limpieza psicológica en el sacerdote - que se delata en su mirada- es un fenómeno consecutivo de la décadence, -...
Cierta aristocracia, educada desde la infancia para considerar su nombre como una ventaja interior que nada puede quitarle, sabe que puede evitarse -pues nada le añadirían- los esfuerzos que sin resultado posterior apreciable hacen tantos burgueses por profesar sólo opiniones bien consideradas y frecuentar sólo a personas bienpensantes
Cuando Botvínnik jugó contra Tal, no hubo color en el primer match y eso fue absolutamente normal. Lo anormal fue su posterior derrota.
Esta tierra es uno de los raros lugares del cosmos donde la mente ha florecido. El hombre es un producto de casi tres mil millones de años de evolución, en cuya persona el proceso evolutivo por fin ha tomado conciencia de sí mismo y de sus posibilidades. Le guste o no, él es el responsable de toda la evolución ulterior de nuestro planeta
Está enteramente de acuerdo con el espíritu del totalitarismo la condenación de toda actividad humana realizada por puro placer y sin ulterior propósito. La ciencia por el placer de la ciencia, el gusto del arte por el arte, son igualmente aborrecibles para los nazis, nuestros intelectuales socialistas y los comunistas.
Un hombre consecuente con su sistema de vida es ciertamente un espíritu estrecho.
El nacionalismo sólo es posible como una política antiimperialista consecuente
Pero tampoco los mismos reyes advertían suficientemente qué precedente introducían en contra de sí mismos: que en lo sucesivo estuviera permitido a un sacerdote romano deponer de su trono a aquel príncipe que hubiera incurrido en su odio.