El tablero es el mundo; las piezas son los fenómenos del Universo; las reglas del juego constituyen lo que conocemos como leyes de la naturaleza.
Aquellos días de los primeros combates de ajedrez, el tablero me seducía como quizá no me haya vuelto a seducir posteriormente. Es raro el ajedrecista principiante que no haya vivido un periodo así de atracción pasional por el tablero.