De haber escrito mi propio epitafio este hubiese sido: Tuve una riña de enamorados con el mundo.
La vida paga sus cuentas con tu sangre y tu sigues creyendo que eres un ruiseñor Cógele el cuello de una vez, desnúdala, túmbala y haz de ella tu pelea de fuego, rellénale la tripa majestuosa, préñala, ponla a parir cien años por el corazón. Pero con lindo modo, hermano, con un gesto propicio a la melancolía.
Cuando se pelea por el control de una espada, siempre gana quien sostiene la empuñadura.
Al iniciarse la guerra civil, yo me sentía republicano y partidario del concepto de una España federal. Por tanto, no deseaba entonces, ni deseo ahora, el enfrentamiento sino la concordia. Sufrí mucho, espiritualmente, porque sufrí por ambos bandos.
Del camino del Go, la belleza de Japón y del Oriente se habían desvanecido. Todo se había vuelto ciencia y reglas. El camino hacia el ascenso de categoría, que controlaba la vida de un jugador, se había convertido en un meticuloso procedimiento de puntaje. Uno conducía el enfrentamiento con la única meta de ganar, y no había margen para recordar la dignidad y la fragancia del Go como arte.
Bruguera era propietaria de la idea de los dibujos, de los guiones, de tu padre, de tu madre: de todo. Podían publicar Mortadelo o cualquier cosa sin contar conmigo. Acudí a los tribunales y el litigio duró tres años.
Marxistas. Pero el concepto de anarquismo de los servicios estatales es un intento de aprovechar para el estado imperialista la vieja disputa entre el marxismo revolucionario y el anarquismo revolucionario. Mas, de acuerdo con esa falsa comprensión del marxismo, Lenin era anarquista y su obra Estado y Revolución sería un libro anarquista.
La civilización es precisamente el esfuerzo por ir más allá de la propia cultura, lo que hace sentir curiosidad e interés por otras. A quien se encierra en los usos que conoce, los considera sin disputa preferibles a todos los restantes y muestra antagonismo cerril hacia las formas de comportamiento humano que no comparte, siempre se le ha llamado bárbaro, nunca civilizado.
En la pugna entre el arroyo y la roca, siempre triunfa el arroyo. no porque sea muy fuerte, sino porque persevera.
Si un escritor se considera revolucionario (y siempre todo verdadero escritor ha estado en pugna contra los órdenes sociales injustos), elegirá la lucha contra su medio ambiente, tratará de superarse y superarlo por todos los medios.
En mi profesión -dijo-, cuando me tropiezo con un hombre como ése, tengo otra divisa: vive y deja morir.
¿Puede haber mayor piedra de tropiezo que ? Todos los profetas hablaron del Mesías como el redentor de Israel y su salvador mató por la espada a los judíos, dispersó y humilló a los que quedaron, alteró la Torá y apartó del camino a la mayor parte del mundo para que sirviera a otro dios en vez de al Señor
La mejor manera de echar a perder tu vida es tomar notas. La forma más fácil de evitar vivir es limitarte a mirar. Buscar detalles. Informar. No participar. Dejar que el gran hermano cante y baile para ti. Ser un reportero. Ser un buen testigo. Un miembro agradecido del público.
Los últimos años de la vida se asemejan al final de un baile de máscaras en que se dejan caer las caretas.
Creo que le estoy haciendo un favor a mucha gente (con su querella por negligencia contra una clínica)... Los médicos tienen un pacto de silencio. Pero a estas alturas del milenio nadie puede ser tan intocable
Yo sé que ustedes saben que no hay querella de generaciones: hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, y en éstos me ubico yo
Terrible animal son veinte años. No hay batalla tan sangrienta ni tan trabada escaramuza como la que trae la mocedad consigo
Adherida a tu velocidad, como la hoja a la rueda, lancé tímidas fechas a tus paisajes soberbios. Y sólo pequeños rincones de formas recogió mi corazón adormecido.
Yo no cabía en mí de satisfacción, presa de una alegría extraña. Me sentía relajado. El mundo estaba lleno de gente la mar de divertida. El barman delgado echó una mirada en mi dirección y le hice un guiño de complicidad amistosa. Cabeceó con ademán de comprensión. Lancé un suspiro y me retrepé en la silla, reconciliado con la existencia.
A veces uno lucha tan duro para alimentar a su familia, que se te olvida darles de comer a la inversa, es decir, con el alimento espiritual. Todo el mundo necesita que se le alimente espiritualmente.
Nadie está a salvo de las derrotas. Pero es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños, que ser derrotado sin saber siquiera por qué se está luchando.