La vida es maravillosa. Estar vivo, respirar y ver el sol es un don. Y de hecho no hay nada más que eso.
Ser un cristiano sin oración no es más posible que de estar vivo sin respirar
Me detesto y me acuso por esa demencia de orgullo que me hace jadear en pos de la quimera. Un cuarto de hora después, todo ha cambiado; el corazón me late de alegría.