En el hombre conviven dos sentimientos opuestos. No hay nadie, por ejemplo, que ante la desgracia del prójimo, no sienta compasión. Pero si esa misma persona consigue superar esa desgracia ya no nos emociona mayormente. Exagerando, nos tienta a hacerla caer de nuevo en su anterior estado. Y sin darnos cuenta sentimos cierta hostilidad hacia ella.
La persona integrada -el logro supremo del ser humano- es, en consecuencia, tan espiritual como material, mundana como ultramundana, evitando así caer en los extremos siempre parciales. La persona exclusivamente materialista acaba hastiándose.
Entonces uno podía flotar y deslizarse a alta velocidad, totalmente comprometido pero también totalmente separado, y alrededor de uno, la danza de los negocios, la información interactuando, los datos hechos carne en el laberinto del mercado negro...
La pasión puede deslizarse rápidamente hacia los celos, o incluso hacia el odio.
Entonces uno podía flotar y deslizarse a alta velocidad, totalmente comprometido pero también totalmente separado, y alrededor de uno, la danza de los negocios, la información interactuando, los datos hechos carne en el laberinto del mercado negro...
La pasión puede deslizarse rápidamente hacia los celos, o incluso hacia el odio.
Se volvió a gusano mariposa, cansada de volar y no poder arrastrarse al fondo de las cosas, a ver si dentro puede comprender.
Se volvió a gusano mariposa, cansada de volar y no poder arrastrarse al centro de las cosas
Entonces uno podía flotar y deslizarse a alta velocidad, totalmente comprometido pero también totalmente separado, y alrededor de uno, la danza de los negocios, la información interactuando, los datos hechos carne en el laberinto del mercado negro...
La pasión puede deslizarse rápidamente hacia los celos, o incluso hacia el odio.
Lo único bueno de equivocarse es la alegría que produce a los demás.
Más de uno se equivocó por miedo a equivocarse
Debemos enseñar que no es una deshonra fallar y que se debe aprender a fallar inteligentemente, ya que fallar es el arte más grande del mundo.
Pero esta información basada en el sentido común era muy difícil de programar. El ordenador cometía errores. Se añadían nuevas pautas para subsanar los errores. Aparecían nuevos errores y nuevas pautas. Al final los programas eran descomunales, millones de líneas de código, y empezaban a fallar por su pura complejidad.
No todo lo que parece es, no todo lo que es parece. Pero entre el ser y el parecer hay siempre un punto de entendimiento, como si ser y parecer fuesen dos planos inclinados que convergen y se unen. Hay un declive, la posibilidad de escurrir por él, y, si así sucede, se llega al punto en que, al mismo tiempo, se contacta con el ser y el parecer.
No tengo suficiente talento para correr y sonreír a la vez, reconoce Emil. correré con un estilo perfecto cuando se valore la belleza de una carrera según un baremo, como en el patinaje artístico. Pero yo, de momento, lo que tengo que hacer es correr lo más rápido posible.
El hombre está visiblemente hecho para pensar. En ello radica su fin y su esencia (...). Pero ¿en qué piensan las gentes? Jamás en esto, sino en bailar, cantar, hacer versos, correr sortijas, construir seres, hacerse reyes sin saber lo que es ser rey y ser hombre.